Cómo aprovechar de forma inteligente las clases

Traducido con autorización del autor por:
Roberto Bande
GAME-IDEGA and Department of Economics
University of Santiago de Compostela
No voy a fingir que la universidad no sea otra cosa más que trabajo duro. En ocasiones he oído hacer el símil con la pertenencia a un gimnasio, en el que el simple hecho de pagar la cuota mensual no garantiza que nos pongamos en forma. Uno tiene que poner de su parte para que los beneficios acaben por aparecer. Probablemente, tus profesores universitarios te proporcionan material y dan (posiblemente) clases interesantes. El alumno tiene que hacer el resto. Y me he dado cuenta de que muchos estudiantes universitarios tienen dificultades para entender lo que significa “hacer el resto” (de hecho, yo era uno de ellos!). Así que me he propuesto la misión de ayudar a los estudiantes a entender qué necesitan hacer para sacar el máximo provecho a la universidad. Así que, independientemente de que desde tu universidad te hayan aconsejado que sigas este tipo de estrategias o no, es crucial que las conozcas!
Por qué?
Puede parecer un poco extraño que nos esforcemos en escribir sobre las clases magistrales. Seguramente lo único que debería preocuparnos sería ir a la clase, disponer de algún soporte sobre el que escribir y permanecer despierto, no? De hecho, esta parece ser la actitud mayoritaria entre los estudiantes. Puede que nadie les haya dicho qué deberían hacer en realidad. Pero una cosa es segura: si adoptas este tipo de actitud, realmente vas a pasar dificultades en tus estudios universitarios. Por ello, este blog tratará de aclarar algunos de los malentendidos, y te mostrará qué deberías hacer.
Antes de empezar, recordemos que antes de acceder a la Universidad la mayor parte de estudiantes han recibido un tipo de docencia previa a través de lecciones. Este tipo de sesiones son clases interactivas dirigidas por el profesor. Los estudiantes son guiados a través de la materia y pueden llegar a ser muy interactivas. La clase magistral de la universidad es bastante diferente. Tradicionalmente, y esto sigue siendo así hoy en día, consisten en un profesor situado enfrente a un grupo de estudiantes, comunicando ideas oralmente y mostrando palabras y gráficos en una pantalla. Puede que haya preguntas y debates, pero comprobarás, especialmente durante el primer curso, que los grupos son tan numerosos que la interactividad está muy limitada. Puede que se celebren seminarios o tutorías, que quizás se parezcan más a una lección (más sobre esto en una entrada diferente del blog), pero la clase magistral puede aparentar bastante pasiva. El profesor habla. El estudiante escucha (o no!)
La clase magistral, por algún motivo, es, de hecho, una forma excelente de conectar diferentes ideas. Por ello sigue siendo el eje de los cursos universitarios en casi todas las ramas del saber. Puede parecer una experiencia bastante pasiva desde la perspectiva del estudiante. Pero, de hecho, hay muchas cosas que un estudiante debería hacer para sacar el máximo provecho a las horas pasadas en clase. Este blog trata sobre los aspectos esenciales que deberías considerar como estudiante para aprovechar al máximo tus clases, y por tanto, tu grado. Los tres aspectos que aconsejo son:
- Asistencia
- Preparación
- Lectura
Asistencia
Mi primer consejo es bastante específico y puede que no sea lo que los estudiantes quieren escuchar, especialmente aquellos que están disfrutando de su primera semana en la universidad. Vete a las clases. A todas. Sin excepción. Incluso si estás acatarrado o tienes resaca. O con una pierna rota. O si no te apetece. O si el profesor no te gusta especialmente. O si piensas que el curso no es muy interesante. O… Creo que lo he dejado claro. Vete a las clases. Y sé puntual. Y quédate hasta el final.
Seguramente estés esperando que te recuerde que has pagado una gran cantidad de dinero por la matrícula, y que es en las clases donde vas a obtener el máximo valor por lo que has pagado. Esto es cierto, pero hay algo todavía más importante. La clase representa la oportunidad que se te ofrece para escuchar a profesores que son (en su mayor parte) grandes entusiastas sobre la materia que imparten, además de estar increíblemente bien informados sobre la misma. Si eres afortunado, además, tu profesor será un investigador reconocido que está contribuyendo a desarrollar la literatura sobre la que te está enseñando. Puede que en ocasiones los profesores sean desorganizados, o que no todos ellos sean comunicadores simpáticos, pero la experiencia universitaria consiste en exponerte a ideas y conceptos, y las clase magistral es donde se produce este tipo de exposición.
Pero no se trata simplemente en obligarte a ir al aula, necesitas estas “presente”. Esto implica que estés listo, alerta, preparado. Mi siguiente consejo cubre estas áreas.
Preparación
Normalmente las diapositivas para la sesión expositiva están disponibles para su descarga o impresas por adelantado. Este es uno de los grandes cambios respecto a cuando yo estaba en la universidad, y tenía que esforzarme en escribir todo lo que veía en la pantalla del proyector. Lo realmente bueno de disponer de la presentación impresa es que no tienes que escribir mientras escuchas. Los psicólogos saben desde hace mucho tiempo que es prácticamente imposible prestar atención Y escribir al mismo tiempo. Así que con la presentación impresa delante de ti, lo único que debes hacer es tomar notas de forma ocasional. Pero en lo esencial, si tienes tu presentación impresa, el tiempo de la clase lo pasarás escuchando. Nótese que estoy refiriéndome a imprimir las presentaciones en papel. Yo mismo soy un fanático de los aparatos tecnológicos, pero recomiendo firmemente que imprimas las notas en lugar de llevarlas en un portátil o una tablet. Es mucho más fácil y rápido tomar una nota en el papel que teclearla. Además, con una tablet corres todo el peligro de distraerte con Facebook, Twitter, etc. Así que céntrate en llevar una copia impresa. La única excepción sería si existe algún tipo de razón específica por la que deberías llevar tu material en un ordenador o tablet, y conozco a algunos estudiantes que tienen necesidades de aprendizaje específicas que precisan de un ordenador o tablet. Por supuesto, no hay problema con ello, siempre que nos centremos en el trabajo y no en el ocio.
Lectura
La mayor parte de los profesores recomiendan una serie de lecturas para cada semana, seguramente en forma de bloques de una dimensión razonable, que pueden ser leídos en una o dos horas. Debes entender desde el principio del primer cuatrimestre de tu primer año de grado que estas lecturas no son opcionales. Sí, nadie comprueba si las has leído no; y sí, tus compañeros pueden decirte que ellos no lo han hecho, pero te advierto: realmente debes leerlas. Las lecturas recomendadas constituyen el nivel mínimo de trabajo que tendrás que poner de tu parte antes de una clase. Mi consejo es que SIEMPRE leas lo que te piden. Incluso si tienes que hacer una lectura rápida o cuando no entiendas realmente lo que estás leyendo. Haz por lo menos un intento de leer lo que te han recomendado. De esta forma, cuando el profesor hable sobre las ideas cubiertas en la lectura, habrás al menos intentado entenderlo. Con algo de suerte, después de que el profesor haya presentado el material, tendrás más que una pista de lo que trata.
Y ahora viene un importante truco que a muchos se les olvida. Tan pronto como sea posible después de la clase, deberías volver a leer el material. El resultado es que habrás intentado al menos tres veces entender el material, y verás que en la mayor parte de los casos, todo empieza a tener sentido. Esto favorece que cuando repases más adelante en el curso, será más una actividad de recordar cosas, en lugar de empezar de cero. Y esto generará un impacto positivo significativo en la nota final, al tiempo que te ahorrará mucho estrés. Puedes estar tentado en dejarlo para las últimas semanas. No lo hagas! Trata de ir al día y te será mucho más fácil, además de dejarte tiempo libre para otras cosas!.
En resumen
Mi motivación para escribir este blog es que quiero que los estudiantes se den cuenta que la clase magistral es la punta del iceberg en lo que se refiere al aprendizaje. El verdadero aprendizaje tiene lugar cuando lees todos los materiales antes y después de la clase, y luego cuando pasas a repasar y hacer los ejercicios. No puedes pretender que te vaya bien simplemente yendo a las clases sin haberlas preparado, y dejando las lecturas para el final del cuatrimestre.
Finalmente, dejar constancia de que este tipo de consejos se dan en mayor detalle, con listas de comprobación y más ejemplos, en el libro que he escrito sobre este tema. Yo también tuve dificultades para averiguar cómo debería afrontar la universidad, y no hacía más que tropezar en el camino hacia el éxito antes de los exámenes finales. Mi co-autor fue alumno mío, y se graduó con buenas notas. Ambos queríamos ayudar a los estudiantes a aprovechar al máximo la universidad. Y no sólo de sus estudios.